Zaragoza en el siglo XIV
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La Zaragoza medieval alcanzó su máxima extensión durante el siglo XIV. En el marco del conflicto que enfrentó a los reyes de Castilla y de Aragón se procedió a reforzar una segunda línea de defensa cuyo perímetro llegaría hasta época contemporánea: el denonimado muro de rejola o ladrillo cocido, que anularía la función defensiva de la muralla de piedra de la antigua Cesaraugusta.
El espacio entre ambas cercas, conocido como Población del Rey, acogió un conjunto urbano heterogéneo ordenado en torno a caminos y acequias de riego. Por una parte subsistirá la antigua morería, asociada al barrio islámico de Sinhayâ o Cinegia. Extensión de la judería será el Barrio Nuevo junto a San Miguel. Esta última parroquia, junto a la de San Pablo, diversos conventos y eras comunales de labrantío, configurarán el nuevo espacio intramuros de la ciudad.
Esta lámina recrea el plano urbano de Zaragoza hacia el año 1370, recogiendo el callejero de la época, palacios, iglesias, conventos y hospitales. Refleja también importantes hitos de la época, como el santuario de las Santas Masas, la basílica del Pilar en su configuración medieval o un puente inacabado sobre el río Ebro. Un viaje atrás en el tiempo a una de las urbes más relevantes de la Península Ibérica.
Lámina de papel verjurado de 33 x 48,5 cm sobre cartoncillo estucado blanco de 40 x 50 cm dentro de film transparente. Embalado en papel kraft verjurado rojo y sello dorado. Incluye carta descriptiva.
Autor: Juan Antonio Caro Cals ©